domingo, 9 de noviembre de 2008

POR LOS PUEBLOS DE LA SIERRA NEGRA

Ruta realizada el 23 de agosto de 2008

Siempre es saludable dejar a un lado la rutina diaria, y aprovechar el fin de semana para "perdernos", al menos durante una jornada por los pueblos cercanos a Madrid, Toledo, Guadalajara, Soria, Cuenca, etc.. En este caso tenía una deuda pendiente con Retiendas, un pueblo cercano a Madrid/Guadalajara que visité de pasada por primera vez el mes de abril, y que me quedó pendiente acercarme hasta las ruinas del monasterio cisterciense de Bonaval que, al parecer, data del año 1164 (http://www.retiendas.com/historiadelmonasterio.html)
Conducía ese día un SEAT León, y no tardé en darme cuenta de que la incursión podría ser un desastre de cara a la integridad del coche; ya sabéis, ruedas, bajos, amortiguadores, etc.
No tuve más remedio que dejar el SEAT aparcado al inicio del camino, y me disponerme a hacer la ruta a pie, aunque no tardé en darme cuenta de que me había equivocado de camino.
Al no encontrar vestigio alguno del monasterio, decidí dejar pendiente la visita hasta poder ir con un coche de mejores aptitudes para el terreno. (aún no me había documentado sobre la localización exacta del monasterio del pueblo de Retiendas, y sólo lo hice cuando dispuse del nuevo coche y comencé a preparar la ruta)

UN GRATO ENCUENTRO:
Llegué el sábado a Retiendas (esta vez con un Honda-CRV), y lo primero que hice fue merodear un rato por el pueblo. El lugar en sí mismo no es nada del otro mundo; sí lo son, en cambio, sus alrededores, por la tranquilidad y el halo de cierto misterio que transmite el lugar, nada más ecarar sus sendas y adentrarte por caminos y arboledas, sobre todo, por la senda que baja hacia el monasterio.

Entrada a Retiendas. Retiendas está situado en una hondonada (como así se advierte cuando bajas por la carretera que llega hasta el pueblo). A la izquierda, nada más entrar en el pueblo, se ven los letreros que indican la dirección hacia el Monasterio. A partir de este punto, y a sólo 500 metros, llegaréis a una bifurcación de dos ramales. Coger el camino de la izquierda y, a menos de 1 Km, os toparéis con el Monasterio de Bonaval; bueno, quise decir con lo que queda de él.
Si llegando a la bifurcación de la que os hablo optáis por coger el camino (más ancho) de la derecha, subiendo hacia arriba a unos 7 Km. os encontraréis con la Presa del Vado, un lugar que también merece la pena visitar, e incluso circunvalarla, tomando un estrecho camino que os encontraréis a la derecha. El silencio es sobrecogedor, y si vais en coche, tendréis alguna dificultad si os encontráis con otro vehículo en sentido contrario, dado que el camino es estrecho aunque totalmente llano y sin dificultades. No es fácil encontrarse con alguien porque el lugar es sumamente solitario. El camino es una alternativa tentadora a quienes gustan del senderismo o el paseo

Cuando lleguéis al puente que se alza sobre la presa, veréis un cartel sobre el pretil que indica que la presa está vigilada. A pesar de la aparente soledad del entorno, es cierto que se encuentra vigilada, por lo que es muy posible que un policía forestal os salga al paso en cuanto tenga noticias de vuestra presencia (sospecho que hay alguna cámara).

NOTA DE INTERÉS: Un lugar interesante para comer es el único restaurante que hay a la entrada del pueblo; justo a espaldas de lo que sería la foto de arriba. Se trata del “Bar Restaurante Retiendas” especializado en comidas caseras. Os aconsejo llamar antes por teléfono y acordar precio y menú con el dueño. El teléfono del Restaurante es: 949 85 90 11. El lugar está bien y es tranquilo. Es una casa de madera que dispone de una terracita en el exterior y de un comedor interior aceptable. Las referencias que tengo son buenas respecto a la calidad. El precio en la línea de hoy en día; unos 30 euros menú especial, y algo más barato el resto de platos.

A la izquierda, lo que queda de la fachada principal del Monsterio de Bonaval. El estado general es ruinoso, por lo que os aconsejo que andéis por su interior con mucho cuidado. Lo cierto es que resulta impactante toparse con esta ruina gótica, una vez que el camino nos encara frente a sus ruinas. Surge como una aparición casi fantasmal, y no puedes evitar que la imaginación retroceda unos instantes imaginndo aquellos siglos medievales, donde las intrigas se daban cita a intramuros de sus piedras, y en derredor de estos parajes silenciosos y escondidos tan relacionados siempre con lo mágico, y sobre los que tanta tinta se ha vertido en libros de historia novelada y ficción como en el caso de “El nombre de la rosa”.
Algunos autores especializados en el tema de los templarios, como Juan G. Atienza en su libro "La meta secreta de los templarios", comentan que los enclaves de éstos caballeros religioso-militares; monasterios, ermitas, etc. solían estar enclavados en sitios solitarios, semi ocultos y cercanos a lugares con agua; se dice que el agua servía de alarma cuando los cascos de los caballos cruzaban los cauces. En este sentido, Bonaval sería un monasterio típico por su enclave en sí, y por la proximidad del río Jarama.

En una de las ventanas que puede verse desde el exterior (ver foto), se obsevan los pegotes de argamasa con los que han tratado de evitar los ocasionales desprendimientos de las piedras (curiosa forma de apuntalar ¿No había un remedio más tosco?) Vigas podridas apuntalan por dentro el interior de los muros.
Resulta un peligro latente merodear por los alrededores del monasterio y por el interior de sus ruinas. El derrumbe es sólo cuestión de tiempo ¡Y que nadie haga nada para remediarlo! Al parecer, tras la famosa desamortización de Mendizábal, el monasterio pasó a manos privadas, y luego, con el transcurso del tiempo, se abandonaron sus cuidados hasta llegar al estado deplorable en el que se encuentra.

Si seguís el camino que va más allá del monasterio a escasos 100 metros os encontrareis con una alameda jalonada por el río Jarama (tranquilos que en este sitio el río es sólo un charco). Es un lugar precioso para sacar la nevera, la mesita plegable, y disponernos a una saludable comida, o simplemente andar, leer o echarnos una siestecita; luego, preseguiremos la ruta.
Vadeé sin problemas los 15 cm del cauce sin incidentes.

Las dos fotos finales del reportaje son de Umbralejo, un pueblo que quedó abandonado hace ya algunos años, y que el Plan de recuperación de entornos de la Comunidad (supongo que de Castilla), lo utiliza como campamento o albergue para estudiantes con beca de secundaria (incluso extranjeros). Entre las tareas que engloban los talleres están las del cuidado y limpieza del pueblo, sus casas, calles, etc. Hay horario de visitas. Yo, como no lo sabía, pues pensaba que el pueblo estaba realmente abandonado. Entré dentro del recinto, pero pronto me salieron al paso para decirme que tenía que dejar el coche fuera (del pueblo), detrás de la verja por la que accede al pueblo. La aldea es pequeñísima pero las casas, gracias al plan mencionado, están lustrosas y las calles muy limpias. Sólo, al parecer, la iglesia y el cementerio (lo más deteriorado) pertenecen a particulares. El pueblo está después de haber pasado Tamajón en dirección a Gálve de Sorbe. Si lleváis el navegador o algún mapa (Tienda verde) no os costará trabajo llegar a él; ojo que el desvío está un pelín camuflado a la izquierda de la carretera, deberéis ir atentos.
Para quienes gustéis de la buena mesa os recomiendo comer en Gálve de Sorbe, en el hostalito que hay a la entrada en dirección a Atienza. En este pueblo es de obligada subida la que nos lleva hasta el castillo que veréis en frente sobre una loma. No es nada del otro mundo; sí lo es su enclave de cara al paisaje. Para acceder a él hay que meterse en el pueblo y ya os dirán cuál es el camino.

Gracias a los cuidados de los alumnos hospedados en el albergue de Umbralejo, las casas han sobrevivido y muestran un aspecto envidiable.

En la foto inferior observamos uno de los lugares del pueblo; seguramente aquel que hizo de plaza hace ya muchos años.

RESUMIENDO… Una excursión que merece la pena para “cargar las pilas”. Si vais a hacer la ruta en el día os aconsejo madrugar (a las 8 de la mañana en carretera es una buena hora).
En línea con esta ruta (mirarlo en un mapa o GPS) se encuentra el pueblo de Valverde de los Arroyos que, a un par de kilómetros, más o menos, tiene una curiosa catarata a la que sólo se llega a pie. Los fines de semana suele haber mucha gente haciendo ese trayecto. A quienes no lo conozcáis os lo recomiendo. Salud

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