martes, 20 de octubre de 2009

Revolución económica

Hola gente. Os dejo en la columna de la izquierda una reflexión sobre el panorama actual en el que estamos, y también algunos augurios sobre incertidumbres aún más crudas por llegar. Es una extensa reflexión y, a pesar de ello, he tenido que hacerla en clave de puntos y aparte debido a los muchos aspectos que toco; aún así varias cosas se me han quedado en el tintero. El momento que atraviesa el mundo en estos instantes me recuerda a lo que pudiera ser una etapa ciclista llena de repechos y falsos llanos; lo que en el argot ciclista denominan una etapa "rompe piernas", aunque en el caso que me ocupa más bien diría "empobrecimiento progresivo de la ética y el bienestar"; algo rebuscada la equivalencia, pero real. Lo dicho, a quienes les guste el debate y les apetezca leer, ahí os dejo "triguillo" para que aportéis lo que os venga en gana. Se admiten todo tipo de comentarios; incluso los más desagradables. Somos una sociedad de seres libres (juas).
Para quien quiera leer el artículo sin necesidad de descargarlo, os dejo el siguiente link:
http://content.yudu.com/Library/A1i1hw/Revolucineconmica/
Haciendo clic en la esquina que aparece doblada irán pasando las hojas. Salud

2 comentarios:

alterega dijo...

Míralo, anda como dormido, o muerto de desesperación de oír cómo vociferan a su alrededor las grandes palabras: religión, patria, libertad, derechos humanos... que sólo sirven para enmascarar el absoluto egoísmo y seguir manteniendo los privilegios, apartando a los demás de ellos.

Ahí, tan quieto, como una isla... Cada uno de nosotros nos hemos convertido en una y entre todos formamos un archipiélago inconexo en esta sociedad del bienestar que no quiere construir puentes que nos unan.

Comido el "triguillo", esta paloma voladora de sombra clara y de claridad confusa, se marcha a su nido.

Saludos

Ángel S. dijo...

Gracias alterega por tus comentarios. Coincido en tu bonita y cruda definición de la soledad; pero como decía el poeta: aún nos queda la palabra, y será pleno el día cuando a la palabra sepamos distinguirla de la mentira que a veces enmascara; o sea, diferenciar perfectamente palabra de palabrería. Me alegro de verte por aquí de nuevo. Un abrazo.