domingo, 27 de diciembre de 2009

A la Cultura por la sorpresa

Ocurrió, al parecer, en el mercado de Valencia. Una feliz ocurrencia que consiguió que la gente pasara a formar parte del decorado, y para que durante la ensoñación momentánea la rutina quedara felizmente aparcada. Una forma lúdica de subvertir la oficialidad de lo "artísticamente correcto". Echádle un vistazo al video; merece la pena. Salud

viernes, 11 de diciembre de 2009

El río Duero a su paso por Soria

Alguna vez me he preguntado que sería Soria sin su río, y viceversa. Aunque los ríos suelen ser bastante armónicos allá por donde pasan, en el caso de esta bonita provincia esa comunión resulta mágica. EL Duero, en este lugar de la tierra, parece que quisiera pasar inadvertido sorteando silencioso los meandros, pero ahí está la bella hermita de San Saturio para que esa armonía no pase desapercibida a nuestros ojos y siga reclamando nuestra atención. Por si este bello conjunto: ciudad, hermita, río, no fuera suficiente, también los álamos se unen al paisaje, y la caída pausada de sus hojas en otoño pone música en nuestra memoria evocándonos, irremediablemente, los pasos por estos lugares de un grandísimo poeta andaluz nacido junto a un patio de Sevilla, al lado de un huerto claro donde recordaba haber visto madurar al limonero. Salud

martes, 8 de diciembre de 2009

Madrid en diciembre

A veces necesito buscarme en Madrid, comprobar que año tras año rebosa vida cuando se aproximan las navidades. Era un imposible hacer una foto del centro de la ciudad con un mínimo trasiego en sus calles. Madrid era esa tarde puro bullicio, y en cuanto inclinas la cámara hacia abajo te encuentras con las hordas cruzando los semáforos, o con las plazas repletas de gente donde algunos detalles sutiles pueden quedar ocultos. Imposible sacar una imagen hdr en condiciones; salvo que pretendiera sacar a la gente duplicada y borrosa como espectros, y no era el caso. Encare la Canon hacia lo alto y allí estaba el Madrid que a menudo se nos escapa. Los detalles de las alturas silentes. Las esculturas ecuestres que parecen estar a punto de saltar sobre las cabezas de la gente. El Madrid de las alturas estatuarias. Las fachadas que antes ven el amanecer y las que disfrutan más tiempo de los crepúsculos.
Os dejo esta imagen, sobre la que no me ha dolido en prenda emplear un tiempo considerable en adecentarla en el cuarto oscuro digital. Era ya tarde para que la luz desvelara el detalle de las estatuas. En esta ocasión, y a pesar de las limitaciones del objetivo, creo haber conseguido una buena claridad y un enfoque bastante preciso. A ver si os gusta. Salud