viernes, 11 de diciembre de 2009

El río Duero a su paso por Soria

Alguna vez me he preguntado que sería Soria sin su río, y viceversa. Aunque los ríos suelen ser bastante armónicos allá por donde pasan, en el caso de esta bonita provincia esa comunión resulta mágica. EL Duero, en este lugar de la tierra, parece que quisiera pasar inadvertido sorteando silencioso los meandros, pero ahí está la bella hermita de San Saturio para que esa armonía no pase desapercibida a nuestros ojos y siga reclamando nuestra atención. Por si este bello conjunto: ciudad, hermita, río, no fuera suficiente, también los álamos se unen al paisaje, y la caída pausada de sus hojas en otoño pone música en nuestra memoria evocándonos, irremediablemente, los pasos por estos lugares de un grandísimo poeta andaluz nacido junto a un patio de Sevilla, al lado de un huerto claro donde recordaba haber visto madurar al limonero. Salud

No hay comentarios: