Ocurrió, al parecer, en el mercado de Valencia. Una feliz ocurrencia que consiguió que la gente pasara a formar parte del decorado, y para que durante la ensoñación momentánea la rutina quedara felizmente aparcada. Una forma lúdica de subvertir la oficialidad de lo "artísticamente correcto". Echádle un vistazo al video; merece la pena. Salud
No hay comentarios:
Publicar un comentario